Cómo despedir una embarazada

Pese a la creencia que las embarazadas, al igual que puede ocurrir con los descapacitados, son uno de los sectores más protegidos por los sindicatos y la sociedad en general no es cierto que éstas no puedan ser despedidas. Hoy en día, las tasas de natalidad siguen bajando y eso se debe, en parte a la posibilidad de evitar un embarazo.

A la hora de hablar de ética, al igual que es recomendable en los transportes públicos ceder el asiento a este colectivo, también lo sería en el trabajo. Sin embargo, el bajo rendimiento y estar embarazada no es suficiente excusa para no rescindir el contrato de ninguna de estas trabajadoras en la plantilla.

¿Qué es despedir a una embarazada?

Al igual que ocurre con cualquier tipo de contrato, tanto el trabajador como la propia compañía pueden decidir su rescisión. Obviamente, dependiendo del tipo de contratación así como el tiempo que lleve el trabajador en la compañía, puede producirse lo que se conoce como un despido improcedente. En este caso, o el trabajador o el propio empresario pueden verse obligados a dar una compensación a la otra parte. Obviamente, se puede acudir a la justicia si no se está de acuerdo.

En pocas situaciones, un trabajador puede verse obligado a compensar a la empresa. En la mayoría de ocasiones se producen este tipo de situaciones cuando se ha superado el período de prueba de dos meses que se aplica en algunos contrato. Cuando eso ocurre es necesario avisar con por lo menos dos semanas de antelación antes de la rescisión del contrato. Si no se respeta estos términos, el empresario puede pedir una indemnización a la compañía. Hoy en día, en cuanto a las embarazadas también existe una operación para no tener hijos.

En cambio, sí existen muchas situaciones en las que el empresario puede llevar a cabo un despido improcedente. Por un lado, obviamente, debe respetar el período de dos semanas antes de ejecutar el despido. Por un lado, debe haber una razón plausible por la que se lleve a cabo esa finalización del contrato. En caso contrario, como se ha mencionado anteriormente, estaríamos hablando de lo que se conoce como un despido improcedente y, por tanto, también se debería indemnizar. Por ello, no olvides que el tiempo que se lleva en una empresa también juega un papel fundamental.

No es lo mismo despedir a alguien que lleva dos meses en la compañía que a alguien que lleva veinte años. Básicamente porque la compensación que se le debe dar al que lleva dos décadas es mucho mayor que el que lleva dos meses. Dependerá de si hablamos de un tipo de contrato indefinido o de obra y servicio, aunque cuando se cumple un año en la misma empresa, cualquier tipo de contrato pasa a ser indefinido. Por ello, es otro de los factores que deben tomarse en consideración. Como más tiempo lleve un empleado en la compañía, mayor será el poder del que dispondrá dentro de la propia compañía.

Beneficios de despedir a una embarazada

Con todo, despedir a una embarazada acaba teniendo los mismos beneficios que mandar a la calle a cualquier tipo de empleado que no esté rindiendo adecuadamente. Los más destacados son los siguientes:

  • Optimizar el rendimiento laboral. Los resultados económicos son los que mandan en cualquier tipo de compañía. Por ello, si un trabajador no rinde como debería ni cumple los objetivos es normal que acabe abandonando la corporación.
  • Mandar un aviso. También sirve para mandar lo que se dice aviso para navegantes. Si un director utiliza un cabeza de turco también servirá para poner en alerta al resto de la plantilla que verá que puede seguir el mismo camino que su compañero.
  • Acabar con problemas de convivencia. A veces, los despidos vienen dados por otras razones como pueden ser los problemas para convivir entre diferentes trabajadores. El rendimiento y la motivación pueden verse amenazados en estos casos.
  • Dar entrada a caras nuevas. Por otro lado, a veces la llegada de nuevos trabajadores a la plantilla sirve para dar entrada a aire fresco que puede beneficiar a la compañía desde muchos aspectos. Por ello, también desde el departamento de recursos humanos también debe explotarse este campo.

A la hora de certificar un despido debe ser prioridad de la empresa llevar a cabo un análisis exhaustivo de las consecuencias que podría llevar, tanto desde un punto de vista positivo como negativo, esa acción. De esta manera, se consigue tener argumentos sólidos.

Cómo despedir a una embarazada

Como se ha dicho anteriormente, el mito que persigue a todas las mujeres que están embarazadas es totalmente falso. La realidad es que a día de hoy es posible despedir a cualquier persona de este tipo. Pese a ser cierto, de acuerdo a las principales directrices europeas, el que una mujer goza de una protección especial durante el proceso de embarazo y durante las 16 semanas que dure la baja por maternidad, no está totalmente a salvo. La realidad es que un despido procedente es totalmente posible pese a que una mujer se encuentre cerca o haya dado ya a luz. El régimen laboral está legislado con el objetivo de proteger a estas personas de un posible despido improcedente.

Por ello, durante las 16 semanas que dure la baja por maternidad, cualquier tipo de despido improcedente estará completamente desaconsejado para el empresario ya que podría enfrentarse a duras indemnizaciones. Los gobiernos tienden a proteger estos colectivos y, por tanto, no es recomendable llevar a cabo el despido de una embarazada. Sin embargo, la situación es completamente distinta si la compañía en cuestión está atravesando una situación económica difícil que le lleva a lo que se conoce como ERE.

En este caso, si hay un motivo económico que justifique esta decisión, las embarazadas forman parte del resto de la plantilla y, por tanto, pueden enfrentarse a un despido totalmente proporcionado si la empresa así lo quiere. Cuando hay un expediente de regulación, la empresa tiene que justificar con argumentos objetivos que realmente existe la necesidad imperiosa de despedir a esa mujer embarazada y que la decisión no está directamente relacionada con su situación personal de maternidad. En caso contrario, la inspección de empleo puede entrar de oficio y abrir expediente regulatorio para todas estas compañías. Además, la ley también contempla que no es competencia ni obligación de la compañía ofrecer una posible recolocación a la empleada.

Las embarazadas no tienen más privilegios que el resto de empleados

Simplemente, la compañía deberá informar, como hace con cualquier otro tipo de despido, de los motivos que le llevan a prescindir de sus servicios y, a partir de entonces, la propia trabajadora decidirá si quiere presentar algún tipo de alegación o si por el contrario acata la decisión. Sin embargo, otra de las cuestiones que están encima de la mesa es la enorme libertad que aporta la Unión Europea ante este tipo de situaciones.

De esta forma, la Unión permite a todos los Estados Miembros el desarrollo de un eje legislativo, que cumpla siempre con las directrices de la propia Unión Europea, pero que puede variar en función del país. Así, nunca hay que olvidar que el despido de una embarazada dependerá de cada caso en particular y de todos los factores que lo acompañen. Saber poner un preservativo puede ser decisivo.

Sin embargo, el mito que rodea a que las embarazadas pueden tener un estatus superior dentro de la compañía es totalmente falso. Hoy en día, una embarazada puede llegar a ser despedida sin consecuencia alguna.

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