Cómo renunciar a tu trabajo

Todos necesitamos la manera de satisfacer nuestras necesidades más básicas, como el alimento, un techo donde vivir, la vestimenta, educación, medicamentos y atención médica cuando lo necesitamos y hasta el entretenimiento.

Un buen trabajo nos da esta posibilidad. Por ello, desde que tenemos la edad suficiente para trabajar, nos esforzamos por conseguir uno empleo, ya que el trabajo dignifica, sin importar si está relacionado con lo que estudiaste o lo que te gusta hacer.

Sin embargo, como es bien sabido, en todo camino de rosas también hay espinas. A veces, en el trabajo las cosas no van tan bien como quisiéramos. Puede que nos levemos mal con nuestro jefe, con nuestro equipo de trabajo, tal vez no nos gusta el horario, el pago nos parece injusto o simplemente creemos que podemos encontrar un trabajo mejor.

En tales circunstancias, es normal querer dar el paso definitivo de renunciar. Sin embargo, así como para conseguir un empleo tuvimos que llenar ciertos requisitos y cumplir con cierto procedimiento, también debemos hacerlo a la hora de darnos de baja de forma voluntaria.

Si vives en España, te sientes preso en un trabajo que no satisface tus expectativas y quieres dejarlo para buscar uno mejor o, simplemente, para entrar en paro, ¿qué debes hacer? ¿Basta con solo dejar de ir a tu lugar de trabajo o con hacerle el comunicado, de forma verbal, a tu jefe? En realidad, no, pues hay otras cosas implicadas en el procedimiento.

Si no tienes ni la más mínima idea de lo que debes hacer para que tu renuncia sea algo oficial, no tienes de qué preocuparte. A través de este post te estaré diciendo cuál es el procedimiento que debes seguir para tener la seguridad de que estás haciendo bien las cosas y que puedes comenzar de cero nuevamente.

Instrucciones para renunciar a tu trabajo

En España, la renuncia también se conoce con los nombres de baja voluntaria, dimisión o desistimiento del contrato. No obstante, todos estos términos tienen la misma acepción o significado: el cese de las actividades laborales, de manera libre y voluntaria, por parte del trabajador.

La renuncia no tiene nada que ver con el tipo de contrato que disponga el empleado. Lo que sí debes tener claro es que esta decisión siempre debe ser voluntaria, es decir, nadie debe haber influido en ella ni a través de coacciones ni de amenazas.

En caso de que fuera bajo estas circunstancias, ya no sería voluntaria y, por lo tanto, podría dar pie a que se inicie una disputa legal para obtener las pagas correspondientes.

Tampoco es recomendable que pidas la baja voluntaria cuando la empresa cambia el contrato actual o sus condiciones, como el horario, los días de descanso, las funciones asignadas, etc., cuando trasladan al empleado a una sede lejos de su lugar de residencia, cuando se producen retrasos o ausencias en los pagos, cuando hay disputas o malos tratos entre compañeros o cuando se producen cambios en el empresario, entre otras circunstancias.

Bajo tales circunstancias, la baja voluntaria no es la vía que debes seguir. Lo más recomendable es que consultes la ley, pues existen otras maneras de demandar a la empresa y de romper la relación laboral, sin perder la indemnización que te corresponde o la posibilidad de solicitar el paro.

¿Que necesitas para renunciar a tu trabajo?

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Ten en cuenta que, tanto en España como en muchos países del mundo, la manera correcta de renunciar es presentando la solicitud en papel. No basta con que digas que te vas de la empresa, aunque, en algunas oportunidades se aceptan comunicados de bajas voluntarias por medios que no son impresos.

Al presentar tu carta de renuncia, asegúrate de llevar dos copias, una para ti y otra para la empresa, ya que esto es lo más apropiado. Ambas copias deben estar firmadas por las partes implicadas. Esto hará que te sirva de constancia por si se presenta algún inconveniente en el futuro.

No obstante, si quieres algo más formal, ya sea porque desconfías que la empresa vaya a firmar la carta o por alguna otra razón, siempre está la posibilidad de enviar un burofax por medio de un correo.

Un burofax es un servicio que hace posible el envío de un documento de carácter urgente, el cual puede requerir una prueba ante terceros. De esta manera, tu renuncia tendrá mucho más peso que una simple carta impresa.

Siempre y cuando te asegures de seguir estos pasos, la ley estima que puedes presentar tu renuncia en cualquier momento que así lo quieras. No obstante, asegúrate de enviar un preaviso.

Asimismo, ten en cuenta que, si has aceptado algunas condiciones del contrato, como una clausula de compromiso de permanencia en la empresa, y la incumples, puedes enfrentar serias consecuencias, ya que la empresa podría demandarte por daños y perjuicios, cosa que no querrás que suceda.

Consejos para renunciar a tu trabajo

Una vez que presentes tu carta de renuncia, tienes derecho a un finiquito. Esto significa que la empresa debe pagarte una cuantía que esté en proporción con el salario del mes vigente en el que dejas el trabajo, una proporción de las pagas extras que te corresponden, así como de las vacaciones no devengadas.

Sin embargo, si en las nóminas se incluyen las pagas prorrateadas por contrato, en este caso, la cuantía de las pagas extras no va a ser incluida en el finiquito, porque no te corresponde el derecho a cobrarlas.

Otro de los derechos que tienes como trabajador, es que no necesitas especificar en carta cuál ha sido el motivo de la renuncia, aunque sí debes anunciar anticipación el momento en que se hará efectiva la renuncia. De hecho, la ley estipula que deben ser, al menos, 15 días antes. Pero, algunos contratos establecen que el plazo debe ser superior. Por ello, te vendría bien revisar este punto.

Por otra parte, ten en cuenta que, una vez que te hayas dado de baja de manera voluntaria, no podrás ejercer tu derecho a solicitar el paro ni gozarás de otro tipo de subsidio. Claro, eso no quiere decir que en el futuro no lo puedas hacer ni que vayas a perder tus cotizaciones.

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