Para qué sirve una entrevista

Una entrevista es una herramienta muy importante que suele utilizar una persona en busca de candidatos, personal idóneo; o que se encuentra frente a determinada petición, a la que tiene que dar una aceptación o no. Las entrevistas casi siempre superan la utilidad de los currículos o el llenado de preguntas enviadas por correo. Esto sucede porque el contacto personal permite crear interrogantes nuevas que pueden surgir, esclarecer dudas imprevistas; y, sobre todo, deja ver la personalidad del encuestado, cómo se expresa, cómo reacciona.

Hoy en día casi todos los empleos terminan relacionándose con la comunicación, por ello es importante saber con detalle cuál es el comportamiento del entrevistado. Hay casos en los que el puesto de trabajo no se vincula en lo absoluto con la conversación, sin embargo, recuerda que, como empleado siempre tendrá que entablar diálogos con sus superiores y compañeros.

Algo más que nivel de comunicación

Ya sea que necesites o no saber su nivel de comunicación, una entrevista siempre te dará pistas de cómo es su personalidad de manera general. ¿Es nervioso; arrogante; subordinado; tiene tendencia a ser demasiado competitivo?

Este artículo sobre las preguntas en una entrevista de trabajo seguro que también te será de utilidad.

Todo eso y mucho más puedes saberlo a través de una entrevista. Te ayudará a cumplir con uno de los objetivos más fundamentales de esta, que es: encontrar al mejor (o a los mejores) dentro de un grupo de aspirantes. En otros casos, sirve para determinar si el optante es merecedor de lo que demanda; como puede ser la obtención de un pasaporte o cualquier otro permiso.

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¿Para qué sirve una entrevista?

  1. Utilizar la cita como tal, para crear un anuncio que dé publicidad a tu llamado. Ejemplo: “Se busca plomero con experiencia. Las entrevistas se realizarán la próxima semana, en las horas y dirección que aparecen debajo”.
  2. Recopilar (hasta el día de la fecha que dispongas) la mayor cantidad de personas afines al trabajo que estás ofreciendo, y con los requisitos que has establecido.
  3. Recibir currículos y otros documentos que te puedan ofrecer (como títulos académicos o recomendaciones).
  4. Conocer “cara a cara” a los solicitantes. Ver su manera de vestir, su presencia.
  5. Entablar una conversación y, por lo tanto, tener datos sobre cómo son sus actitudes a la hora de mantener palabras con otros.
  6. Descubrir qué tanto saben sobre el empleo que les ofreces. O, partiendo de otros casos, indagar en todos los argumentos de la petición que realizan.
  7. Conocer su personalidad.
  8. Delimitar los candidatos secundarios, de los posibles potenciales.

Instrucciones para llevar a cabo una entrevista

1. Elige el horario diurno, preferiblemente las horas más tempranas (7:00 a. m.), te dará muchas ventajas. Por ejemplo: tomarte tiempo con cada uno de los que asistan, teniendo tiempo para seguir tus labores antes del mediodía. Además, ya puedes tener una idea de cuán puntuales son los pretendientes. Por último, te recuerdo que es favorable, pues a estas horas la mente está más fresca.

2. Con días de antelación a la cita, comunícales que lleven currículos con fotos y certificados académicos.

3. Para el lugar de la cita, selecciona tu propia empresa o establecimiento donde trabajarían. Esto dará más credibilidad a tu llamado y los entrevistados podrán ir viendo el entorno. Si sucede que el local se está construyendo o terminando en ese momento, trata de buscar una oficina. La idea es que des una imagen profesional. Nunca tomes tu casa para este proceso; únicamente si es en la misma donde se desarrollará el empleo.

4. Realiza el encuentro en una habitación de color claro y de ser posible, que transmita tranquilidad (verde pastel o azul claro). No solo beneficiará el desenvolvimiento de la comunicación, sino también te ayudará a estar mentalmente relajado y preparado para seguir recibiendo candidatos.

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5. Evita las distracciones en la habitación. Desconecta el teléfono si es necesario, o dirige las llamadas a otro número. Si cuentas con secretaria, es la mejor opción.

6. Ten a mano el listado de solicitantes con los nombres claramente escritos y otros datos que no puedan faltarte de cada uno. Te recomiendo que uses una agenda y en cada página sitúes un nombre diferente, junto a lo más relevante que ofrece. Al final, puedes puntualizar de forma breve lo que creas, en la hoja de cada postulante correspondiente.

7. Define de manera resumida lo que quieres saber con la entrevista que estás lanzando; cuál sería el patrón perfecto de lo que buscas. Esto no tiene que saberlo nadie, solo tenerlo claro tú. Escribe las preguntas que no puedes olvidar hacerles. Si hay alguna que quieras hacer a determinados candidatos, señálala en sus páginas como recordatorio.

Indicadores que pueden ofrecerte información en una entrevista

Te sorprenderías al saber que muchos investigadores y psicólogos se guían más por lo movimientos del cuerpo, que por las palabras. Este lenguaje no verbal (como también se le llama) te resultará muy útil a la hora de conversar con los entrevistados. Si diriges un poco la atención a sus gestos, podrían revelarte un par de detalles ocultos, que no puedes saber a través del diálogo hablado.

Lenguaje corporal

  1. El saludo: desde que entran por la puerta y te saludan, ya están diciendo mucho de ellos. Si el aspirante inicia con un “hola”, es demasiado relajado. Si además completa el saludo dándote un beso en la mejilla, es de entrada muy informal y presenta alta probabilidad de abusar de la confianza.
    Sería más adecuado que comenzara con “buenos días” (o según el horario); y te estreche la mano. Si es él (o ella) quien toma la iniciativa de ofrecértela primero, se siente bastante confiado.
  2. Las mentiras: los mayores indicadores vendrán a partir de los ojos. Cuando una persona te mira por demasiado tiempo mientras te cuenta algo, existe gran posibilidad de que no sea cierto. Te darás cuenta que mantiene la mirada sobre ti, la mayoría de las veces pestañeando poco o haciendo casi ningún gesto explicativo.
    Lo normal es que recalque o matice palabras con ligeros movimientos de sus manos, o quizá con alguna expresión de su rostro; también deberían corresponderse. Por ejemplo: las cejas planas y abajo indican tristeza honesta. Unas mejillas levantadas y sonrisa relajada, muestran satisfacción. Desviar la mirada de vez en cuando, sin llegar a ser excesivo, es normal.
  3. Arrogancia: estos sujetos nunca son los más adecuados. Aunque de pronto te parezca bien el derroche de competitividad, recuerda que esto podría traer desequilibrio en tu área; incluso convertirse en una amenaza para tu propio puesto. Son estos que, se creen tan buenos, que piensan que harían tu trabajo mucho mejor. Los verás siempre hablando con el puño cerrado; hasta golpean ligeramente (casi imperceptible) la superficie de la mesa o escritorio. Lo más curioso es que lo hacen mientras exponen ideas parciales, pacíficas, o de empatía. También suelen fruncir el entrecejo cuando les haces preguntas o discutes algo.
  4. Nerviosismo: si los arrogantes son un problema, los nerviosos igual podrían traerte algunas dificultades; o al menos, significarían trabas a la hora de reaccionar antes situaciones de urgencia. Si el empleo ofrecido está muy vinculado a la presión, ya sabes que un nervioso no es el mejor candidato. Podrás notar que este deja sus manos dentro de los bolsillos (cuidado, esto en ocasiones indica mentira). Mueve de manera compulsiva un pie; se roza el dedo pulgar con el índice; se roe el labio inferior; traga saliva de forma pesada.

Consejos

  1. Si sabes que tu entrevista tendrá muchísima demanda; tienes dos opciones: tomar un solo día para llevarla a cabo, o repartir citas en diferentes días.
  2. Si tienes una lista considerable de aspirantes, pero a la vez no excesiva, te propongo que te quedes con las preguntas más importantes para ti. De esta manera, acortarás los minutos con cada uno y seguramente terminarás todas las entrevistas antes del horario de almuerzo.
  3. Si prefieres realizar las citas personales, solo a quienes se acerquen más a tus requisitos; primero haz una selección a través de currículos, luego pasa a las entrevistas.
  4. Estudia lenguaje corporal. Si no tienes tiempo para esto, acompáñate de alguien que posea conocimiento en esta forma de obtener información.
  5. Trata de no tomar las notas en frente de los entrevistados. Podrías ponerlos nerviosos innecesariamente, hacer pausas incómodas y perder tiempo. Lo mejor es que escribas lo que te llamó más la atención en el intercambio de salida y entrada de los solicitantes.
  6. No tengas música puesta de ningún tipo. Y si en el exterior hay mucho ruido ambiental, cierra las ventanas (siempre y cuando se conserve buena temperatura).
  7. Procura que exista una agradable iluminación.
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